Don Antonio García






..."Aprendió a tocar el tiple y se juntó con Ángel Villegas, Francisco -“Quico”- Cardona, José Guzmán, Miguel Villegas, Juan Esteban –“Teco”- Chica, Ricardo Villada y hermanos y Jaime Osorio y hermanos, para conformar una estudiantina que muchos de los que me escuchan recordarán con nostalgia.

A la partida del mayor para Medellín, y por razones de trabajo, éste quedó al frente del negocio; las “necesidades del servicio” lo obligaron a aprender a tocar la flauta y a leer música, guiado también por mi papá (Samuel Bernal), quien lo incluyó en la orquesta que montaba especialmente para acompañar al Coro en la procesión del Vía crucis que se efectúa los Viernes Santos y durante la cual se tocan y cantan unas estaciones españolas, sevillanas por más señas, que –en mi concepto- son pequeñas zarzuelas sin el fragmento hablado.

Fue también compositor. De su cosecha escuchábamos el porro “Mi compadre”, la criolla “Celos” y el bambuco “Cejeñita”, este último con música del Maestro Jesús Bernal González.

Cejeñita por Los Ponchos

Letra de Antonio García y
Música del maestro Jesús Bernal González

Letra de "Cejeñita"

Cejeñita, cejeñita
De mejillas sonrosadas
De boca fina y bonita
De cabellera dorada (bis)

Cejeñita, cejeñita
De mejillas sonrosadas
De boca fina y bonita
De cabellera dorada (bis)

Eres pura como el agua
Que baja por la quebrada
El agua besa tus pies
Y se siente enamorada (bis)

Los turpiales te saludan
Los mirlos a ti te cantan
Los arroyuelos sonríen
Y las cascadas te ensalzan (bis)

Cejeñita, cejeñita
De mejillas sonrosadas
Alivia un poco las penas
De mi alma enamorada (bis)

La Banda de Payuco, tradición popular

Don Álvaro López


Este hombre, que en otra ocasión presentamos como artista barroco, es el mismo que fundará una tradición de músicos que gozan de la admiración y estimación de los cejeños, y que son conocidos popularmente como La Banda de Payuco.


Don Álvaro López se inició en la música de la mano del corista de la parroquia a principios del siglo XX. Incursionó en la ejecución de instrumentos de viento, especialmente el clarinete requinto, luego con los de cuerdas: guitarra, tiple, y hasta con sus artes de latonero llegó a construir un violín de lata.
Con amor y disciplina cultivó la práctica musical en sus hijos haciendo de los cuatro hombres: Marco Tulio, Jesús Onofre, Luis Felipe y Miguel Ángel, músicos que llevarán esta pasión a lo largo de todas sus vidas.



Su talento no tuvo más escuela que un conocimiento natural de la armonía y la melodía que le permitió el privilegio de crear piezas musicales de mucho sentimiento y grata recordación. En ritmo de pasillo, la graciosa melodía del "Jalalo" bautizado así por su esposa Ana María. "Otilia" fue otro pasillo que tomo el nombre de su hija y el porro "Miguel Ángel" de su hijo menor. La Banda de Payuco ha hecho famosa también una marcha caribe de título "Mi consuelo", el pasillo "El Chato" y la música fúnebre "Dolor de Dolores" que tanto conmueve en Viernes Santo.

Don Marco Tulio López


Don Marco Tulio hizo parte de la primera Banda Parroquial, en esta foto de 1940 se encuentra arriba en el centro, tocando el clarinete. (Para apreciar mejor la imagen hacer click sobre ella).



Heredó de su padre, además de su capacidad para interpretar una gran variedad de instrumentos, el don de componer melodías. En el repertorio de la banda aún se ejecutan sus piezas que van del ritmo de pasillo: "El loco" (muy contento), "Armenia", "Amor pasillos" (que aparece en la lista de pasillos cejeños que hace Dr. Chica), el bambuco "Estrellitas", la marcha "María Victoria" y la música fúnebre para Viernes Santo "Corona de Espinas". Tiene autoría en por lo menos otra docena de composiciones, que bien vale rescatar de la vida frágil y efímera que le da la banda cuando los toca.

La obra de estos dos compositores cejeños merece ser grabada en CD, ser divulgada en las emisoras locales y comercializada para el disfrute de todos. La Banda Juvenil tiene ya su trabajo discográfico "Qué Nota" vol.1, también los músicos y cantantes cejeños tienen el suyo, ahora es el turno para que La Banda de Payuco, bajo la dirección del Maestro Ricardo López, haga perdurar las melodías originales de los patriarcas López.

Fragmentos de Obra

Las agrupaciones López


A los hermanos López la música los llevó de un ritmo solemne al festivo tan fácil como en la Ceja se pasa de una procesión al baile. De las presentaciones para recoger fondos en las Fiestas de San Isidro se conformó luego la agrupación Los Lomar para animar la rumba del Club Los Sauces y la Heladería El Tambo, que representaron un hito de seducción en la década de los 70.


También conformaron una incomparable agrupación que combinó lira, trompeta, clarinete, guitarras, tiple, violín y trombón, y que atendían pedidos especiales de fiestas y serenatas, en unión de otras familias musicales como los Toro. Pero en las más de las veces estos conciertos se disfrutaban en la intimidad familiar.


En el inventario de composiciones de la familia López hay que sumar la obra "El llorón" de don Miguel Ángel, melodía que nació sobreponiéndose al llanto insoportable de su hijo mayor. A los Lomar también se les debe la letra de "El mosquito", y que se hizo canción en la voz de Gerardo Martínez.

De Siripa a Haripa


Jairo López, hijo mayor de Marco Tulio, entra a formar parte de la banda de Payuco tocando el redoblante a la edad de nueve años. Pronto aprende a tocar trompeta bajo la guía de su padre y también clarinete guiado por su abuelo. De ese tiempo de muchacho le viene el sobrenombre de Siripa.

Una vez que la primera generación de López abandonó la banda Parroquial, el Cura del pueblo convocó nuevos músicos. Jairo entra a dirigirla acompañado por sus hermanos y familiares. Esto dura sólo un año porque el Cura les exige pagar por cuenta propia un director profesional, además del pago a la Parroquia. Obligado a entregar los instrumentos, además de los uniformes que habían ganado y partituras que habían heredado, Jairo buscó alquilar los instrumentos que tenían sus vecinos los Salesianos. De manos del P. Santiago Beltrán los reciben y desde el colegio salesiano se vienen tocando en procesión hasta la casa de su abuelo Álvaro en Payuco. Ese sábado 4 de mayo de 1975 la Banda de Payuco nace de forma independiente de la Parroquia. Don Antonio García, el autor de "Cejeñita" es el primero en contratarlos para llevar una serenata a su madre. Así se convierten en la banda preferida del pueblo para todo tipo de fiestas, sagradas y profanas.
Siguiendo la tradición familiar Jairo promueve en sus hijos el amor por la música y empieza a enseñar solfeo a su hijo William, quien después de seis meses de practicar el clarinete hace méritos para ingresar a la banda. John Iván entra después tocando el trombón y luego Ricardo.

Ricardo López, Haripa sobrenombre que al parecer evoluciona del de su padre, representa un aire nuevo para esta banda de vientos. Su proceso formativo en la Banda Sinfónica de La Ceja bajo la dirección del maestro Juan Felipe Arias, de quien aprende la disciplina y la perseverancia que exige el arte musical, representa el puente que lo llevará del instinto popular al rigor de la academia. Con los estudios que comienza en la U. de A. en 2002 y se gradúa como Maestro Trompetista en 2009, de la mano del maestro Fernando Parra, con el apoyo de maestros internacionales como Eric Aubier, Francisco Flores, Germán Paniagüa, Carlos "Batanga", Fernando Avendaño, Fernando Rodríguez y Germán Murcia.

Bajo la dirección de Ricardo la Banda de Payuco entra a una nueva era musical, sus partituras y sonidos se depuran en conceptos y calidad. Además de esta enorme tarea de continuar con una tradición ya centenaria, Ricardo hoy participa de otras experiencias musicales, como ya lo ha hecho con agrupaciones como Emsamble Antioqueño de Trompetas, Emsamble "Puropueblo", Quinteto Brass de Medellín y Frenesí Orquesta.

Maestro Trompeta