Concilio de trento


Para conciliar la tradición apostólica con la protesta luterana, para conciliar la música sacra con la profana, el villancico con el canto culto, los sonidos de África con los de América, para conciliar en lo eterno el sentimiento antiguo con el moderno, el Ensamble Concilio de Trento prepara su primera producción discográfica con los frutos de experimentación, investigación y creación propia.
Esta agrupación nacida en la rebeldía de estas tierras de la corte vaticana, en el seno de la Escuela de Artes de la S.M.P., hace siete años viene recorriendo las culturas del mundo a través de la variedad de músicas, ritmos y melodías que se mezclan con el sonido particular de guitarras, flautas, violín, armónicas, cuernos y una curiosa gama de percusiones y voces que nos dan sensaciones más universales y exótica. El repertorio de Concilio de Trento incluye músicas religiosas, danzas medievales, renacentistas y barrocas, música celta y escandinava y composiciones de su experiencia sensorial alimentada por la curiosidad constante de las músicas de todos los rincones y épocas del mundo.

Más sobre Concilio visitando la página web http://www.myspace.com/conciliodetrento

Concilio de Trento



Alejandro Martínez: Guitarra, Percusión, flautas de pico y voz. Ebanista de tradición familiar. Estudiante de Guitarra Clásica y técnica vocal en la Escuela de Artes de la Sociedad de Mejoras Públicas.

Cristina Vásquez: Voz líder. Estudiante de música con énfasis en canto en la Fundación Universitaria de Bellas Artes, Medellín. Se desempeña como profesora de técnica vocal en la Escuela de Artes de la Sociedad de Mejoras Públicas de La Ceja y en la Academia Solo Rock de Medellín. Participa además en diversos proyectos musicales.

Diego López: Violín, guitarra, coros, percusión. Estudiante de Historia en la Universidad de Antioquia. Líder del grupo de punk Atrapados en el Tiempo. Divulgador artístico y cultural. Animador cinematográfico de cine en la Casa de la Cultura del municipio de La Ceja y en la Escuela de Artes de la Sociedad de Mejoras Públicas de La Ceja.




Amalia Cardona: Flautas de pico, voz, violín. Estudiante de música –con énfasis en saxofón- en la Universidad EAFIT. Hace parte de la Banda Sinfónica de La Ceja del Tambo y del grupo Pasaporte Caribe –Reggae- además de diversos proyectos musicales. Es docente en Iniciación musical y Flauta Dulce en la Escuela de Artes de la Sociedad de Mejoras Públicas de La Ceja y la Asociación de limitados Físicos y Mentales de Envigado, ALFIME.





Anselmo Ríos: Flautas de pico, armónicas diatónicas, castañuelas y cuernos. Geólogo de la Universidad EAFIT, se ha desempeñado como gestor cultural, docente de teatro y flautas dulces, actor y director de teatro, escritor e investigador. Director de la Casa de la Cultura del municipio de La Ceja del Tambo e integrante de la Escuela de Teatro Máscaras y Paradojas de La Ceja, participa además de un dueto de música Antigua con Laúd y Flautas dulces.

Santa María Amar

Flos Ut Rosa Floruit

Una flor floreció como una rosa
Cuando, de la virgen María,
Fue nacido el salvador de la humanidad,
El hijo del Padre celestial.
Un Nuevo nacimiento.

A través de la Gracia divina
Descendió a la humanidad
Salvando a unos y todos
En su absoluto poder.
Un nuevo nacimiento.

Cantemos himnos de gloria
Entonando alegremente
Sus oraciones.
Celebrando hoy
Al justo rey de reyes
Ofreciendo nuestros agradecimientos.
El nació de una virgen
gracias a un pan místico.
Un nuevo nacimiento.

Que nuestra congregación
Brinde sus oraciones en unísono
Bendiciendo al Señor

La Évola

La Évola

La Évola
Levanta la tela del mar
Invita
Con su ojos a danzar.

Y su luz helada
Invade el verano
Y su fuerza amarga
Comienza la danza
Y su sol nevado
Detiene el sudor
Dejo mi trabajo
A bailar me doy

Aunque soy de fierro
Aunque soy doctor
Aunque soy un niño
A bailar me doy
Aunque hago los laudes
Aunque vendo fiambres
Aunque soy duquesa
Y quise ser madre

Madre
Madre
Madre
Madre

La Évola danza danza de tambor
El mundo en graciosa rendición.
La Évola danza danza de tambor
El mundo en graciosa rendición.
La Évola danza danza de tambor
El mundo en graciosa rendición.
La Évola danza danza de tambor
El mundo en graciosa rendición.

La Évola
Levanta la tela del mar
La Vida
Perdida en danza
Se llega al mar.

Au Temps pascor

Dappoi Ch´el Sole (Caccia e Rittornello) de Niccolo da Perugia

Luego de que el sol ocultó sus rayos,
y la luna desprendió su brillo
Escuché un ruido intimidante.
Gritos potentes de “¡Fuego, fuego!”
Y luego, después de un silencio:
“¿Dónde está, dónde?” ”¡Aquí! “ “¡Rápido!

¡Todos los hombres vengan aquí
y traigan sus faroles, lámparas y antorchas!”
“Tú, el de las campanas, hazlas sonar”

“don don don don” “Suena la alarma, ¡hay fuego!”
“Tú, ponte tu casco. Toma la antorcha y la gorguera, rápido.

¡Rápido!. Antes de que el fuego se instale” “¡Llamen a los criados!”
“¡Agua! ¡Más agua! ¡Vengan con los cubos!”
Alguien traía mangueras, otro llevaba escaleras,

algunos se chocaban entre sí, y otros gritaban “¡Socorro!
¡Vengan a ayudarnos!” “, Tú, el del la corneta, suena la alarma”
“Ta tin, Ta tin” “Todos, manténganse atrás”.
Algunos sacaban los muebles de la casa,

otros los robaban y otros cuantos lanzaban agua,
uno de todos derribó la puerta de entrada con su hacha.
Todos se afanaban por apagar el fuego y las chispas.

Había pasado ya la medianoche
cuando quienes combatían el fuego [bomberos]
gritaron”¡Todos a casa! ¡ahora!, ¡el fuego se ha ido!”

Ritornello
Regresando vi, y siempre ha estado en mi corazón C. I. C. I. con L. I. y A. (SICILIA)

Giga e Pandeirada

Quand je bois de vin clairete (Tourdion).

I
Quand je bois du vin clairet,
ami, tout tourne, tourne, tourne,
aussi désormais je bois Anjou ou Arbois,
Chantons et buvons,
à çe flaçon faisons la guerre,
chantons et buvons,
mes amis, buvons donc!

II
Le bon vin nous a rendu gais,
chantons, oublions nos peines, Chantons
En mangeant d'un gras jambon,
à çe flaçon faisons la guerre!

Buvons bien, buvons mes amis,
vidons nos verres
trinquons, buvons, gaiement chantons!


Traducción:
I
Cuando bebo vino clarete, amigo,
todo da vueltas, vueltas y vueltas, …
Igual me pasa cuando bebo Anjou o Arbois.
Cantemos y bebamos, Vamos a pelear con las botellas
¡Cantemos y bebamos!
¡Sí, mis Amigos! ¡Bebamos!

II
El buen vino nos ha alegrado;
cantemos y olvidemos nuestras penas, cantemos.
Comiendo un jamón grasoso,
Hagamos la guerra de botellas
Bebamos a hartar, bebamos amigos
vaciemos los vasos,
brindemos, bebamos y cantemos con alegría.

Paracumbé

Marina García



Una voz para arrullar el sentimiento nostálgico con cinco canciones inefables que nos llevan del asombro al deslumbramiento, así como quien va de la oscuridad en lentas ondulaciones melódicas hacia la luz que ya esta cerca. Una voz de sobrias tesituras que hace resonar el alma con versos que enuncian los amores perdidos, los testigos de ese adiós, las marcas del pasado. Una voz para escanciar un vino tinto añejado en la saudade, y que deja en el paladar un esquivo sabor con la ilusa satisfacción de haber creído probar el efímero placer del amor.


Himno a La Ceja

Letra: P. Germán Montoya

CORO
Salve, Ceja, feliz, perla pura
que hoy esparces tu luz secular
en el valle do el cielo y natura
regalaron con gracia sin par.
Hoy tus hijos con himno sonoro
jubilosos proclaman tu honor,
y te cantan en rítmico coro
de tus lauros el limpio verdor.
ESTROFA
Venga dulce al acento glorioso
de tu vate la estrofa filial,
El del cielo acompañe amoroso
los festejos del valle natal.
Gloria, gloria a tu tierra encantada
que ragala al Supremo Hacedor,
sigue altiva ti regia jornada
de tu sol al radiante fulgor.

Partitura: Himno a La Ceja

Himno a La Ceja

Guitarra marcante

El tercero de los García


El segundo hijo le enseñó al tercero y al último a tocar el tiple, pero las exigencias del grupo lo forzaron a especializarse después como guitarrista marcante. He oído conceptos de especialistas, como Rufino Duque V., que lo califican como uno de los mejores guitarristas de Colombia, a pesar de que nunca supo donde está un do en el pentagrama. Por ahí anda, “muy tieso y muy majo”, colgado de una “Pilsen” al clima, “... aquí ‘sperando, hombre Alberto, qu’ialguno de aquellos (se refiere a “Candonga”, Joel Rivera o Pedro -“Bambuco”- Ramírez) me llame, p’a irnos a tocar cualquier cosita a mil pesos la hora p’a cada uno...”, dice.

Don Antonio García






..."Aprendió a tocar el tiple y se juntó con Ángel Villegas, Francisco -“Quico”- Cardona, José Guzmán, Miguel Villegas, Juan Esteban –“Teco”- Chica, Ricardo Villada y hermanos y Jaime Osorio y hermanos, para conformar una estudiantina que muchos de los que me escuchan recordarán con nostalgia.

A la partida del mayor para Medellín, y por razones de trabajo, éste quedó al frente del negocio; las “necesidades del servicio” lo obligaron a aprender a tocar la flauta y a leer música, guiado también por mi papá (Samuel Bernal), quien lo incluyó en la orquesta que montaba especialmente para acompañar al Coro en la procesión del Vía crucis que se efectúa los Viernes Santos y durante la cual se tocan y cantan unas estaciones españolas, sevillanas por más señas, que –en mi concepto- son pequeñas zarzuelas sin el fragmento hablado.

Fue también compositor. De su cosecha escuchábamos el porro “Mi compadre”, la criolla “Celos” y el bambuco “Cejeñita”, este último con música del Maestro Jesús Bernal González.

Cejeñita por Los Ponchos

Letra de Antonio García y
Música del maestro Jesús Bernal González

Letra de "Cejeñita"

Cejeñita, cejeñita
De mejillas sonrosadas
De boca fina y bonita
De cabellera dorada (bis)

Cejeñita, cejeñita
De mejillas sonrosadas
De boca fina y bonita
De cabellera dorada (bis)

Eres pura como el agua
Que baja por la quebrada
El agua besa tus pies
Y se siente enamorada (bis)

Los turpiales te saludan
Los mirlos a ti te cantan
Los arroyuelos sonríen
Y las cascadas te ensalzan (bis)

Cejeñita, cejeñita
De mejillas sonrosadas
Alivia un poco las penas
De mi alma enamorada (bis)

La Banda de Payuco, tradición popular

Don Álvaro López


Este hombre, que en otra ocasión presentamos como artista barroco, es el mismo que fundará una tradición de músicos que gozan de la admiración y estimación de los cejeños, y que son conocidos popularmente como La Banda de Payuco.


Don Álvaro López se inició en la música de la mano del corista de la parroquia a principios del siglo XX. Incursionó en la ejecución de instrumentos de viento, especialmente el clarinete requinto, luego con los de cuerdas: guitarra, tiple, y hasta con sus artes de latonero llegó a construir un violín de lata.
Con amor y disciplina cultivó la práctica musical en sus hijos haciendo de los cuatro hombres: Marco Tulio, Jesús Onofre, Luis Felipe y Miguel Ángel, músicos que llevarán esta pasión a lo largo de todas sus vidas.



Su talento no tuvo más escuela que un conocimiento natural de la armonía y la melodía que le permitió el privilegio de crear piezas musicales de mucho sentimiento y grata recordación. En ritmo de pasillo, la graciosa melodía del "Jalalo" bautizado así por su esposa Ana María. "Otilia" fue otro pasillo que tomo el nombre de su hija y el porro "Miguel Ángel" de su hijo menor. La Banda de Payuco ha hecho famosa también una marcha caribe de título "Mi consuelo", el pasillo "El Chato" y la música fúnebre "Dolor de Dolores" que tanto conmueve en Viernes Santo.

Don Marco Tulio López


Don Marco Tulio hizo parte de la primera Banda Parroquial, en esta foto de 1940 se encuentra arriba en el centro, tocando el clarinete. (Para apreciar mejor la imagen hacer click sobre ella).



Heredó de su padre, además de su capacidad para interpretar una gran variedad de instrumentos, el don de componer melodías. En el repertorio de la banda aún se ejecutan sus piezas que van del ritmo de pasillo: "El loco" (muy contento), "Armenia", "Amor pasillos" (que aparece en la lista de pasillos cejeños que hace Dr. Chica), el bambuco "Estrellitas", la marcha "María Victoria" y la música fúnebre para Viernes Santo "Corona de Espinas". Tiene autoría en por lo menos otra docena de composiciones, que bien vale rescatar de la vida frágil y efímera que le da la banda cuando los toca.

La obra de estos dos compositores cejeños merece ser grabada en CD, ser divulgada en las emisoras locales y comercializada para el disfrute de todos. La Banda Juvenil tiene ya su trabajo discográfico "Qué Nota" vol.1, también los músicos y cantantes cejeños tienen el suyo, ahora es el turno para que La Banda de Payuco, bajo la dirección del Maestro Ricardo López, haga perdurar las melodías originales de los patriarcas López.

Fragmentos de Obra

Las agrupaciones López


A los hermanos López la música los llevó de un ritmo solemne al festivo tan fácil como en la Ceja se pasa de una procesión al baile. De las presentaciones para recoger fondos en las Fiestas de San Isidro se conformó luego la agrupación Los Lomar para animar la rumba del Club Los Sauces y la Heladería El Tambo, que representaron un hito de seducción en la década de los 70.


También conformaron una incomparable agrupación que combinó lira, trompeta, clarinete, guitarras, tiple, violín y trombón, y que atendían pedidos especiales de fiestas y serenatas, en unión de otras familias musicales como los Toro. Pero en las más de las veces estos conciertos se disfrutaban en la intimidad familiar.


En el inventario de composiciones de la familia López hay que sumar la obra "El llorón" de don Miguel Ángel, melodía que nació sobreponiéndose al llanto insoportable de su hijo mayor. A los Lomar también se les debe la letra de "El mosquito", y que se hizo canción en la voz de Gerardo Martínez.

De Siripa a Haripa


Jairo López, hijo mayor de Marco Tulio, entra a formar parte de la banda de Payuco tocando el redoblante a la edad de nueve años. Pronto aprende a tocar trompeta bajo la guía de su padre y también clarinete guiado por su abuelo. De ese tiempo de muchacho le viene el sobrenombre de Siripa.

Una vez que la primera generación de López abandonó la banda Parroquial, el Cura del pueblo convocó nuevos músicos. Jairo entra a dirigirla acompañado por sus hermanos y familiares. Esto dura sólo un año porque el Cura les exige pagar por cuenta propia un director profesional, además del pago a la Parroquia. Obligado a entregar los instrumentos, además de los uniformes que habían ganado y partituras que habían heredado, Jairo buscó alquilar los instrumentos que tenían sus vecinos los Salesianos. De manos del P. Santiago Beltrán los reciben y desde el colegio salesiano se vienen tocando en procesión hasta la casa de su abuelo Álvaro en Payuco. Ese sábado 4 de mayo de 1975 la Banda de Payuco nace de forma independiente de la Parroquia. Don Antonio García, el autor de "Cejeñita" es el primero en contratarlos para llevar una serenata a su madre. Así se convierten en la banda preferida del pueblo para todo tipo de fiestas, sagradas y profanas.
Siguiendo la tradición familiar Jairo promueve en sus hijos el amor por la música y empieza a enseñar solfeo a su hijo William, quien después de seis meses de practicar el clarinete hace méritos para ingresar a la banda. John Iván entra después tocando el trombón y luego Ricardo.

Ricardo López, Haripa sobrenombre que al parecer evoluciona del de su padre, representa un aire nuevo para esta banda de vientos. Su proceso formativo en la Banda Sinfónica de La Ceja bajo la dirección del maestro Juan Felipe Arias, de quien aprende la disciplina y la perseverancia que exige el arte musical, representa el puente que lo llevará del instinto popular al rigor de la academia. Con los estudios que comienza en la U. de A. en 2002 y se gradúa como Maestro Trompetista en 2009, de la mano del maestro Fernando Parra, con el apoyo de maestros internacionales como Eric Aubier, Francisco Flores, Germán Paniagüa, Carlos "Batanga", Fernando Avendaño, Fernando Rodríguez y Germán Murcia.

Bajo la dirección de Ricardo la Banda de Payuco entra a una nueva era musical, sus partituras y sonidos se depuran en conceptos y calidad. Además de esta enorme tarea de continuar con una tradición ya centenaria, Ricardo hoy participa de otras experiencias musicales, como ya lo ha hecho con agrupaciones como Emsamble Antioqueño de Trompetas, Emsamble "Puropueblo", Quinteto Brass de Medellín y Frenesí Orquesta.

Maestro Trompeta

Don Samuel




Este músico singular inaugura la estirpe de músicos Bernal que ha puesto en alto el nombre de La Ceja a nivel internacional.Nació en la Vereda de San Miguel el 13 de abril de 1900 en el hogar formado por don Blas Bernal y doña Francisca Patiño. Fue agricultor en su juventud y músico por naturaleza, formó parte del conjunto de música de cuerdas de su vereda, en el que interpretaba la lira con maestría.

Contrajo matrimonio en 1923 con doña María González y se trasladó a vivir al pueblo, pero sin abandonar las labores del campo. Inició, entonces, con el maestro Jaime Santamaría Vasco, los estudios de música de órgano, en las horas de la noche y pagando de su escaso salario parte del costo de las clases.También fue alumno del maestro José María (Pepe) Bravo Márquez.
Fue organista titular de la Parroquia del Carmen, nombrado en 1928 por el Pbro. Jesús María Piedrahita, cargo que desempeñó con inigualable responsabilidad durante 45 años. Allí fundó la Banda Parroquial, la cual dirigió durante 22 años. Terminó su labor al servicio de la parroquia como secretario de la misma y se jubiló a los 78 años de edad y 50 de servicios.


Don Samuel fue un fecundo compositor que dejó innumerables obras, entre las cuales se destacan títulos con nombre de mujer como Carmen, Cecilia, Ligia, A Nena y Oh Madre y otros sentimentalmente simples como Alegría, Amanecer, Amapola, Amorío, Angelito, Cariño, Corazón que llora, Feliz año nuevo, Festejos, Flor del valle Juguetón, Junto a la cruz, Lamentos, Niño, Rintanita, Una noche, Ven.
En 1971 fue condecorado con la Medalla del Mérito, por sus servicios al culto religioso, por la Santa Sede bajo el pontificado de Su Santidad Paulo VI. El 21 de julio de 1979 se le otorgó la “Orden del Mérito Cejeño” por su aporte a la comunidad como esposo, padre, amigo y músico.

El 17 de marzo de 1982 falleció en la ciudad de Medellín.

Gloria Eugenia en Trio de cuerdas

Don Manuel J.

El pianista, organista, compositor, arreglista y director de orquesta, Don Manuel José Bernal González, nació en La Ceja del Tambo el 2 de febrero de 1924. Hijo de Don Samuel Bernal y María González. Su padre, quien durante muchos años fue organista titular de la parroquia de Ntra. Sra. del Carmen, lo inició, al igual que a sus tres hermanos, en el estudio de la teoría musical y del piano.

De niño, Manuel J., reemplazaba a su padre en las faltas temporales en el órgano parroquial, con el obvio problema de que sus pies no alcanzaban los pedales. A los doce años tocaba pomposamente los platillos en la Banda municipal. En su juventud le propusieron actuar con Tagliavini, quien venía con la ópera de Río de Janeiro, y en quince días se supo poner a tono, ensayando todo el tiempo en el piano, para triunfar en tan importante evento.

Fue organista de la parroquia principal de Abejorral. Se trasladó a Bogotá a estudiar órgano con el Padre Egisto Giovanetti. Viajó luego a Medellín donde estudió piano con Luisa Manighetti. Trabajó como pianista de la Orquesta de La Voz de Antioquia que dirigía el músico español José María Tena y, cuando éste murió, el maestro Bernal fue nombrado director de dicha orquesta. Integró la Orquesta Salazar en la cual ejecutaba el piano. En la televisión nacional se consagró como director de la orquesta de la Philips Colombiana. Ejecutó el piano en la Casa Blanca, delante de mister Ford, y también en el palacio de los presidentes en República Dominicana.



Sus obras más conocidas son los bambucos Bodas de plata, Medio siglo y Orquídea; los pasillos Gloria Eugenia, Sonia María (premiado en 1960), Jorge Humberto y Paz, además de muchas otras. Consideró que el éxito de su pasillo “Gloria Eugenia”, que compuso para su hija, radicó en la innovación sobre el modelo tradicional, alterando el número de compases en la primera parte. Esta pieza musical la ejecutó el Conjunto Antioquia, en el Gran Concierto Nacional del 20 de julio de 2009, en la Plaza principal de nuestro municipio.
El maestro Bernal se dedicó por muchos años a la ejecución del órgano, del cual fue eximio ejecutante, y se trasladó a residir en Bogotá en donde abandonó sus actividades musicales para dedicarse a una industria particular. Allí murió el 19 de mayo de 2004.

Gloria Eugenia por Conjunto instrumental

Don Alejandro Bernal

Don Alejandro es otro músico de la estirpe Bernal cuyo talento lo llevó a ocupar un lugar privilegiado en el ámbito musical colombiano. A temprana edad amenizaba las novenas de la Virgen, en las Lomitas, acompañando al Padre Piedrahita. También, como su hermano, reemplazaba al órgano a su papá en la iglesia principal. Cuando pasó a estudiar al colegio San José de la Salle en Medellín, se hizo organista oficial y luego en la Universidad Pontificia Bolivariana, donde estudió Ingeniería, fue organista de la emisora Radio Bolivariana. En los años 60 dirigió la orquesta de R.C.N., se desempeñó como director artístico de Codiscos, fundó una academia de órgano, se dedicó a los arreglos y a la composición musical.


En los años 70 compuso el pasillo Linda, que juzgó muy clásico y poco folclórico para presentarlo a concurso. Cuando lo escuchó el maestro Hector Ochoa (autor del Camino de la Vida), lo animó para que lo inscribiera y ganó el primer puesto del concurso nacional Carlos Vieco Ortiz. Obtuvo un premio en efectivo y un pergamino con el escudo de Antioquia, así como el reconocimiento de autores, compositores, emisoras y casas disqueras. El pasillo Linda ha sido interpretado por la orquesta del maestro Guillermo Gonzalez y el grupo Cuatro Palos. El título del pasillo se lo dio por la palabra como su sobrina, Mónica, lo calificó al escucharla: "¡Qué música tan Linda, tío!"
Su humanismo está expresado en un relato que cuenta su experiencia con el más allá y su disposición para promover el amor por la música. Al borde de la muerte, Don Alejandro estuvo en los umbrales del cielo, donde lo recibieron, con vítores y flores, hombres y mujeres vestidos con túnicas a la vieja usanza (el relato se puede buscar en El Cocuyo Nº26 de julio de 1993). Sobre su voluntad de promover la música en los niños y jóvenes, cuenta con música escrita por su padre y sus hermanos y también cassettes, ya que el maestro tuvo su propio estudio de grabación.